De La Salle Managua al mundo

Enganchar el aprendizaje de una lengua con una experiencia vital y cultural de primer orden como es una beca Erasmus. Este es el objetivo con el que La Salle Managua trazó hace cuatro años una estrategia para poner al alcance de sus alumnos de Formación Profesional Básica la posibilidad de hacer prácticas en otro país.

Un proyecto que este año ha dado sus primeros resultados. Fátima, María y Samira, tres  alumnas de 2º curso del ciclo de Peluquería y Estética, han completado su formación académica con un período de prácticas en dos salones de belleza de Barcelos, cerca de Oporto (Portugal). Además, cinco alumnos franceses, tres chicos y dos chicas, de 17 y 18 años han realizado sus prácticas en cuatro establecimientos de la ciudad: Stradivarius, Toy Planet, Biciclo y Saborea.

«Erasmus e intercambios de estudiantes hay miles todos los años en distintos niveles educativos, pero en La Salle Managua no solo se trata de fomentar o poner al alcance de alumnos de Formación Profesional Básica (FPB) la posibilidad de hacer una movilidad Erasmus, sino que también encuentren el gusto por el estudio de los idiomas y el aprendizaje de lenguas extranjeras», explica Nacho Pena, responsable de este proyecto.

El centro de Formación Profesional Básica pone en práctica un programa para enganchar a los alumnos al aprendizaje de una lengua a través de becas Erasmus+

«Esta parte es muy motivadora para ellos porque ven la utilidad real de la lengua, ya que se comunican con gente de su edad de otros países. Luego, se siguen en redes sociales y hablan entre ellos, por lo que, en la práctica, lo que conseguimos es cambiar completamente su visión del inglés, de una cosa aburrida que les atormentaba en el colegio a algo adaptado a las necesidades reales que tienen», añade el docente.

Participar en este programa es voluntario. No están obligados ni a asistir a las videoconferencias ni a otras sesiones de inglés extra que el centro les propone, pero aún así es una actividad que tiene muy buena aceptación.

La segunda parte del programa es la recepción de alumnos procedentes del extranjero. «Como socios que somos, les proporcionamos todo lo que necesitan a nivel de logística, alojamiento, manutención y les gestionamos las prácticas», explica Nacho Pena.

Este año, el centro ha recibido a cinco alumnos de Comercio, que han venido a hacer sus últimas prácticas laborales. «Son estudiantes que ya han trabajado, que tienen experiencia y que se la juegan porque necesitan la nota para obtener el título», comenta Marcelo Cortés, uno de los profesores del módulo de Servicios Comerciales.

«Vinieron el 28 de mayo acompañados de dos profesores y les recibimos con actividades y una comida en la que los alumnos de La Salle Managua les dieron el recibimiento», añade, lo que en la práctica se traduce en otra oportunidad para practicar el idioma.

La tercera y última parte del programa, la que culmina todo el proyecto, es el intercambio cultural-académico que permite a los estudiantes hacer prácticas fuera de España gracias a una beca con todos los gastos pagados.

«Es una oportunidad que, de otra manera, estos alumnos no tendrían, ya que el perfil del alumnado es el de jóvenes de 15 o 16 años que no suelen tener posibilidades de titular la ESO por la vía ordinaria», comenta Nacho Pena. La FPB es una alternativa con la que pueden obtener el título y, con el próximo cambio de ley, de facto también la ESO, aunque este año todavía hay que realizar un examen.

«Mucha gente piensa que estas cosas no suceden aquí, pero cuando les conté a los alumnos el proyecto, se apuntaron 27 candidatos. Es cierto que el 40% desistió en el primer mes, y que luego tienen que cumplir con unos requisitos y objetivos curriculares y culturales y lingüísticos porque, después de todo, van a hacer prácticas, van a trabajar, y se juegan el título». asegura Nacho Pena.

Pero pese al reto, están respondiendo muy bien, y de las ocho becas que fueron concedidas a La Salle Managua, cinco encontraron beneficiario, aunque al final, por motivos personales, dos desistieron de ella. Fátima, María y Samira han vivido una experiencia vital de primer orden que, además, quedará en su currículum.

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